”La farmacia La Familia era un pequeño establecimiento que a Bosch le pareció que vivía de las recetas. En la parte delantera, había tres pasillos cortos con artículos de venta sin prescripción: remedios caseros y de cuidado corporal, casi todos en cajas en español importadas de México. No había exhibidores de tarjetas de felicitación o de caramelos ni refrigeradores con refrescos o agua. No se parecía en nada a otras cadenas de farmacias diseminadas por la ciudad.
Michael ConnellyLas dos caras de la verdad