”Sin embargo, por la misma razón no hay deseo alguno que no pueda ser limitado, no existe un miedo que no pueda extinguirse en el mar ilimitado de las necesidades de aquellos que son explotados y esclavizados. Por consiguiente: ningún altruismo, sólo hedonismo. Ningún moralismo; una vez más, sólo el anonimato del placer.
Andrea CavallettiClase. El despertar de la multitud