En El infinito en un junco, Irene Vallejo despliega el origen y las derivas del libro como objeto central de la cultura occidental.
Desde hace más de dos mil años los profetas de la pobreza han condenado sin desmayo cualquier eminencia…
Quizá fuese la compañía lo que los seres humanos necesitaban, más que el sexo, más que la bebida.
Sobre Imperiofobia y leyenda negra. Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio Español, de María Elvira Roca Barea, Buenos Aires, Siruela-Grupal, 2021.
Jordi Sierra i Fabra nos acerca una historia donde ficcionaliza un breve y maravilloso episodio en la vida de Franz Kafka: fue, durante tres semanas, el cartero de una muñeca perdida y un mago de la palabra para una niña desconocida.
Cuando salió del parque Steglitz era mucho más tarde de la hora en que acostumbraba a hacerlo…
Incluso cuando la investigación lo había tenido más absorto, al doctor Merriwether le gustaba al menos la idea de ejercer como médico…
Fred Vargas toma la lógica clásica de su amada Agatha Christie y el costado truculento de un Gaston Leroux, y los pone a jugar en un mundo de aventuras que bien podría habitar Tintín.
Cuando Mis cuentos africanos llegó a mis manos, lo primero que atrajo mi atención fue el pronombre posesivo que encabezaba la traducción del título al español. Diría que se trata de un acierto editorial, porque estos cuentos, que se anuncian como propiedad de Nelson Mandela, nos tientan a asomarnos a la mente del personaje atractivo que fue a lo largo de su vida.
La española Irene Vallejo, autora del libro “El infinito en un junco”, reflexiona sobre la escritura y la literatura en esta entrevista con Juan Kolasinski para Grupal ~ Calambur.