En esos cofres de páginas hemos preservado nuestras mejores ideas.
En estos días inciertos, cuando parece que los gritos se oyen más que los susurros, los libros siguen manteniendo vivo el diálogo silencioso de un par de ojos que escuchan la voz de unas
hileras de letras.
Como nosotros mismos y nuestras esperanzas, los libros son frágiles.
Leer es un misterio, no sabemos de antemano los efectos que puede causar. En este texto se manifiesta el deseo, el derecho y la necesidad de que sean cada vez más quienes leen, quienes experimenten este misterio.
En La casa de los cubos, los japoneses Kunio Kato y Kenya Hirata nos proponen bajar-viajar a las profundidades del mar.
En El infinito en un junco, Irene Vallejo despliega el origen y las derivas del libro como objeto central de la cultura occidental.